La
no renovación del contrato de Soledad Novoa Donoso como curadora y asistente de
dirección del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) nos ha sorprendido
profundamente. Lamentamos la gran pérdida que esto significa, considerando el
interesante proceso de transformación que se estaba llevando a cabo durante su
gestión y que consistió en renovación de la exposición permanente producto de
la investigación realizada sobre la colección, la instalación de un enfoque de
género que relevara la producción poco atendida de las artistas mujeres, así
como una internacionalización de los vínculos del Museo que le permitió poner a
disposición del público una serie de exposiciones de gran impacto entre las que
destacamos “Matta100”, “Diecinueveinte:
construcción del imaginario pictórico en Chile” , “Los caminos de la pintura. Años 40 y 80” y “Papeles Surrealistas”. Estas y otras exposiciones pusieron en valor
la colección desde una mirada actual y política, rescatando del olvido obras
significativas de la historia el arte chileno para incluirlas en la exposición
permanente, obras nunca antes vistas por el público en el MNBA o especialmente
adquiridas con el fin de ser exhibidas en las muestras de la colección.
Otro
de los importantes aportes de Soledad Novoa al MNBA fue su sistemático esfuerzo
por relevar la producción artística femenina que por años ha sido
invisibilizada y dejada al margen del interés de los museos y de la historia
del arte, así como su viva preocupación por generar espacios de reflexión sobre
la práctica artística de mujeres y su relación con la teoría feminista. A ella
debemos la realización del primer y segundo “Seminario de Historia del Arte y Feminismo”, todo un hito en
nuestro país que contribuyó a reavivar el debate en torno a estas prácticas y
problemáticas. El feminismo, en tanto movimiento y práctica revolucionaria, ha
sido un motor significativo en las transformaciones culturales, políticas y
sociales del último siglo a nivel mundial y a pesar de todo esto sigue causando
resistencia y recelo en nuestro país.
En
términos generales su trabajo implicó una intensa investigación, tanto de la
colección como de los archivos del museo, mostrando por medio de dicha práctica
la enorme riqueza que en ellos se guarda, poniéndolos a disposición de la
comunidad de investigadores. Dicho trabajo de archivo fue el complemento ideal
para las exposiciones tanto permanentes como temporales lo que permitió conocer
mejor nuestro patrimonio cultural, tal y como hoy podemos ver en la última
exposición que contó con la colaboración curatorial de Novoa sobre los años ’80
titulada “La ruta trasnochada”. Una gran contribución en un país que adolece
de un soporte institucional sólido para las y los investigadores en el ámbito
de las artes.
La entrada de Soledad Novoa como curadora y asistente de dirección al MNBA fue a través de un concurso público (el primero que se realizó para dicho cargo). Durante este año el Director del Museo ha decidido no renovar su contrato. No sabemos a qué responde su decisión, pero intuimos que el giro en las políticas museales que estaba impulsando Novoa, puede haberse tornado incómodo. Su esfuerzo sistemático verá probablemente alterado su rumbo en la próxima renovación de la exposición permanente de la colección MNBA, la que se podrá conocer en marzo del
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