lunes, 27 de mayo de 2013

UNIFORMES FEMENINOS


Desde hace algunos años la artista visual Ximena Zomosa se ha caraterizado por poner en escena aspectos de la “feminidad” asociados al espacio doméstico y las labores del hogar a través de instalaciones de enormes uniformes que visten las mujeres, tanto en el mundo privado como en el del trabajo. A partir de la costura como matriz de obra y la monumentalidad, la artista señala cuestiones de primer orden en torno a las relaciones de género. El cambio de escala que utiliza en estos trabajos llevó a la crítica Adriana Valdés a ver en ellos la presencia de lo ominoso en el mundo doméstico, puesto que nos precipita a perder tamaño y seguridad sobre las cosas y los objetos en el cambio de perspectiva. Pero quizás también nos puede llevar a percibir aque aquello que consideramos bueno y normal podría poseer un reverso horrendo o por lo menos no tan encantador.

Ya en la exposición Cotidiana (1997) la artista tendió en el suelo dos descomunales vestidos: un delantal de “dueña de casa” también conocido como “pintora” junto a un colosal traje blanco con celeste que lleva cuatro querubines plateados en el ruedo. Estos dos uniformes mostraban el mundo doméstico en colores vivos y puros. El traje blanco recuerda a los angelitos dibujados en los santitos de la primera comunión, pero por extensión también al “ángel de la casa”. El ángel de la casa, era la imagen de la dueña de casa victoriana, aquella que Virginia Woolf llamó a matar para terminar con la idea de la feminidad como espíritu de sacrificio, servicio y cuidado doméstico al precio de la anulación como sujeto. Solo decir que si bien esta figura se dirigía a una clase social específica “la burguesía” y por tanto a aquellas mujeres que no “trabajaban” fuera del hogar, dicho sentido se ha difuminado hacia ese espacio tan poco claro que es la feminidad, donde se mezclan los mitos del cuidado con la realidad de la “obligación del cuidado” (expresión de la antropóloga Dolores Juliano). Podemos pensar que uno y otro vestido, no son más que el mismo pero en dos versiones (la laica y la religiosa). O visto de otro modo, estos dos vestidos pueden ser uniformes de dos posiciones sociales diferentes dentro de la jerarquía doméstica: la “empleada” (la que hace las labores de cocina, planchado, aseo, etc. ) y “ la señora” (la dueña de (la) casa) la que se ocupa del gobierno del hogar.

Para la exposición Mujer, Arte y compromiso (2009) en el Museo de la Solidaridad Salvador Allende1, Ximena Zomosa instaló un gran jumper junto a una obra de un artista “mayor” como es Frank Stella. Y lo pienso en el sentido que le otorgan las historiadoras del arte feministas cuando critican la idea del artista como genio, ése que excluye del discurso de producción del arte a las mujeres, tal y como el ángel de la casa hace su buena parte también. Frente a la colorida obra de Frank Stella, el uniforme tipo de la liceana chilena (camisa blanca, jumper azul marino) parece una ironía y más si pensamos en el título Mucho que aprender. Con el desenfado que le otorga su gran tamaño el uniforme escolar realiza una notoria interrupción de las jerarquías artísticas (los maestros artistas) interrupción que además trae reminiscencias del movimiento estudiantil (pinguinos) del 2006. Mismo uniforme que colgó de una ventana del liceo Javiera Carrera (2011) como apoyo al movimiento estudiantil. El acceso a la educación sigue siendo un importante espacio de progreso social en Chile, sobre todo para las mujeres y son ellas las que más ventajas le sacan hoy en día. Según Dolores Juliano, es el modo de ascenso social que las mujeres privilegian.

En la galería Cecilia Palma, Ximena Zomosa despliega un enorme delantal de “empleada doméstica” en la obra Welcome Tour (2009). Ese “uniforme” femenino con sus encajes, cuello y puños albos se ve muy a menudo en el sector de la comuna en donde se ubica la galería, paseando con niños de la mano o en cochecitos. El diseño suitico de este uniforme distingue a las “empleadas domésticas” de cualquier otra trabajadora y acentúa las rígidas jerarquías sociales en nuestro país. Baste recordar el bullado caso de un condominio en Chicureo en el que ver a una “nana” paseando por la calle se convertía en algo perjudicial u obsceno para las y los niños de ese condominio (pero no que les cuidaran todo el día, que cocinaran, que ordenaran sus cuartos, etc.). Al mismo tiempo nos recuerda que muchas mujeres que hacen ese servicio son inmigrantes (peruanas, colombianas, bolivianas) mujeres que han dejado sus países y familias para trabajar “puertas adentro” con horarios extenuantes, bajos sueldos y un trato discriminatorio. Me pregunto qué habrán pensado las empleadas del sector al ver este gigante uniforme.

En uno de sus últimos trabajos en torno a uniformes femeninos Zomosa hizo un colosal delantal de maquiladora (uniforme que utilizan las obreras en las maquilas mexicanas) que mostró en dos espacios artísticos en Oaxaca, México, en el marco del proyecto colectivo itinerante Fuera de borde2 (2012-2013). Según lo que me comentó la artista, uno de los objetivos de este proyecto era trabajar a partir del lugar (problemáticas sociales, materiales, etc.) por esto el delantal se presentó como una forma de dialogar con el contexto, señalando cuestiones como la precariedad laboral, el trabajo femenino y las organizaciones de mujeres. El delantal transparente se podría leer como metáfora sobre la invisibilidad de estos trabajos en las maquilas y de la situación de las mujeres en México. Vale decir que uniformes similares a éste usaron muchas de las mujeres asesinadas cruel e impunemente en Ciudad Juárez3, que trabajan en la industria textil de bajo costo, misma que mató recientemente a cientos de mujeres en Bangladesh. Una de las imágenes que pude ver de esta obra recoge parte de un stencil que estaba en la muralla de “La curtiduría” espacio colectivo de artistas donde expuso el delantal la artista, en ésta se aprecia a una mujer indígena vestida al modo tradicional con un pañuelo en su cabeza apuntando con un arma; por otro lado vemos a través del portal el delantal transparente de maquiladora. Creo que esta imagen fruto del azar, potencia el trabajo de Zomosa y señala el espacio popular en que el vestido y el pelo son significantes de resistencia y lucha (mismos que utiliza la artista en muchos de sus trabajos). No sabemos a lo que apunta esta mujer, pero pude encontrar la imagen completa en un blog y saber que hace referencia a la manipulación génetica del maíz por la industria alimentaria, cuestión que ha afectado a Oaxaca a las y los pequeños agricultores que ven amenados sus cultivos por ésta.

Para concluir podemos ver que los uniformes femeninos que ha realizado Ximena Zomosa tensionan los múltiples aspectos contenidos en la dicotomía lo tradicional y lo moderno, la casa y el espacio público, las labores domésticas y el trabajo, lo individual y lo colectivo.


 Fuente: Blog Fuera de Borde http://fueradeborde.wordpress.com



Para ver la instalación de Mucho que aprender en el Liceo Javiera Carrera ir a
http://culturadciudad.blogspot.com.es/




1 Exposición que planteó una curatoría desde una perspectiva feminista, una exposición debo decir feminista sin artistas feministas (salvo las extranjeras). Parece ser que el feminismo no ha sido bien visto por las artistas visuales chilenas, o quizás simplemente no ha sido conocido.


3 Según un estudio de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las mujeres, desde el 2008 al 2010, 14.991 mujeres fueron asesinadas en México. En: <http://archivo.contralinea.info/2013/abril/328/fotos/feminicidio/infografia/#.UZupYRU0g8o>